"Considerado por Martínez Ibáñez (1997) como obra de Antonio Carnicero (1748-1814), Arturo Ansón Navarro (2012) atribuyó el retrato a Ramón Bayeu por motivos estilísticos y por su relación documental con una serie de retratos de la familia real pintados por Bayeu hacia 1791, aunque lo fechó hacia finales de septiembre de 1789 y lo identificó con el infante Carlos María Isidro. Sin embargo, representa más bien a una infanta, ya que no lleva las condecoraciones habituales de los infantes como el Toisón de Oro y las insignias de la Orden de Carlos III. Según los documentos, Ramón Bayeu, nombrado pintor de cámara el 20 de abril de 1791, pintó en ese año y en el Real Sitio de Aranjuez los retratos de varios hijos de Carlos IV y la reina María Luisa. En estas fechas estaban vivos seis de los hijos de los reyes, uno de los cuales, la infanta Carlota Joaquina (1775-1830), reina de Portugal desde 1785, ya se había marchado de la corte española. Los demás eran las infantas María Amalia (1779-1798) y María Luisa (1782-1824), el príncipe Fernando (1784-1833), el infante Carlos María Isidro (1788-1855) y la infanta María Isabel (1789-1848).A algunos de estos retratos se refirió Livinio Stuyck, director de la Real Fábrica de Tapices, en un memorial dirigido a Carlos IV el 13 de abril de 1791, en el que se quejó de la escasez de cartones para tapices y de la inactividad de Ramón Bayeu en ese trabajo, y comunicó que Bayeu se excusó “que se halla ocupado con los retratos de las Sereníssimas Señoras Infantas”, además del cuadro del altar de las Escuelas Pías de Lavapiés (Ansón Navarro 2012, p. 181). Además, Francisco Bayeu, en carta al conde de Lerena de la primera quincena de mayo de 1791, le pidió mediación para que el rey aumentase el sueldo de su hermano Ramón y mencionó explícitamente, como mérito especial, que “vieron Sus Majestades los retratos que ha hecho mi Hermano y les gustaron mucho, y le mandaron hacer los demás de su Real Familia” (Ansón Navarro 2012, p. 181). El 22 de julio de 1791 Ramón Bayeu fue nombrado pintor de cámara efectivo con un sueldo aumentado de 15.000 a 20.000 reales de vellón.Finalmente, se registran “los retratos de las personas reales” en factura entregada por Ramón Bayeu el 30 de junio de 1791 de los “gastos de colores, pago de moledor y demás causados durante la jornada de Aranjuez del presente año de 1791” (Archivo General de Palacio, Reinados, Carlos IV, Casa, leg. 50, exp. 1). De esta documentación se deduce que Ramón Bayeu retrató primero a las infantas María Amalia (P-6146) y María Luisa (Patrimonio Nacional) y después, una vez recibido el visto bueno de los reyes, a “los demás de las personas reales”, en concreto al infante Carlos María Isidro (P-4719), a la infanta María Isabel y al príncipe Fernando (P-6145). Por la edad de la niño de dos o tres años, el retrato, que forma pareja con el del Infante Carlos María Isidro, niño, con tambor y pandereta (P-4719), representa seguramente a la infanta María Isabel, nacida el 6 de julio de 1789. Juega con un carrito de juguete; en el suelo, una chichonera de seda negra, como era frecuente, que servía para preservar a los niños de los golpes en la cabeza y cuyo uso se recomendaba en varios tratados de medicina de la época. [ver Cobo Delgado, 2018 pp 148-149]"
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